lunes, 3 de noviembre de 2008

La casa de los horrores

Me ha llegado la noticia de que me califican vago porque llevo mucho tiempo sin escribir. Pues aquí os mando, en venganza, una sanginaria historia de terror... En el corazón de Bangkok, junto al mítico río Chao Praya, se encuentra un verdadero museo de los horrores. No se trata de figuras de cera, son reales. Como tú y yo, sólo que sin vida,. El guapo de la foto de abajo es el cadáver embalsamado de un hombre descarriado que violó a decenas de mujeres. La foto no es muy buena, pero si lo viérais en persona, hasta os parecería un pobre diablo, que diría: "¿Cómo he terminado así?".


Asesino en su caja
Fetos deformes, cadáveres momificados de asesinos y órganos conservados en formol son algunas de las piezas que se exhiben en este museo forense, en el Hospital Siriraj de Bangkok. Las imágenes y los cuerpos son suficientemente terroríficos, pero las historias que esconden resultan todavía más pavorosas. Así es el caso de Si-Oui, un psicópata de origen chino que disfrutaba asesinando infantes a los que luego se comía.
Al entrar en el museo y ver las figuras que exponían me dio un escalofrío. Un niño, en brazos de su padre, no paraba de berrear ante las esperpénticas y macabros cadáveres de niños y momias que parecía que iban a echar a andar de un momento a otro.
Como no podía ser de otra manera, al preguntar en la recepción si me dejaban tomar fotos, me respondieron que no. En esta tesitura, tuve que obviar los principios deontológicos (una forma esotérica de llamar a la ética) y hacer las fotos de manera furtiva. Una visitante me advirtió de que no podían tomarse fotos... Le dije que yo era periodista y que contaba con autorización. Por la cara que me puso, deduje que no me había creído y me marché diligentemente del siniestro museo, sin tiempo de despedirme de sus ilustres huéspedes.
Ahora, tras varias semanas de aquella visita, me pregunto por qué estaban tan risueños los trabajadores del centro. ¿Se trata simplemente de la imperturbable sonrisa tailandesa o quizá son sádicos necrófilos con el trabajo ideal? Todo un misterio.
Abajo, las imágenes muestran a una familia feliz (o así lo imagino yo), con miembros y/o miembras (que dirían las feministas) de todos los tamaños. ¿No parecen que hablan animadamente entre sí? Una estampa entrañable de la familia perfecta. Para la última foto, pensé en colgar la de un feto/niño bicéfalo, pero no he querido herir sensibilidades y me he decidido por el portento superdotado. ¡Hasta la próxima, chicos! Y buenas noches...

La familia feliz
Perfecto cadáver para el estudio anatómico

1 comentario:

blodyn dijo...

gaspar! is that a real body????